Caos por agresiones sexuales de inmigrantes ilegales en España

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FOTOGRAFÍA. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (ESPAÑA), 09 DE OCTUBRE DE 2023. Canarias ha recibido en los nueve días trascurridos desde que comenzó octubre a 4.531 inmigrantes ilegales llegados en 53 embarcaciones, a un ritmo de 503 ilegales diarias, unas cifras sin precedentes desde la "crisis de los cayucos" de 2006, cuando la Ruta Canaria marcó su máximo histórico. Efe

Alcalá de Henares (Madrid) España, miércoles 17 de enero de 2024 (Lasvocesdelpueblo y Agencias).- Un auténtico caos por agresiones sexuales de inmigrantes ilegales en España, además de reyertas graves y brote de «sarna», denuncian los vecinos de la localidad española de Alcalá de Henares. Y es que la mayoría de los autores de esos crímenes son reincidentes. Mientras la «situación empieza a ser ya insostenible» el Gobierno regional del Partido Popular, cómplice y corresponsable necesario, señala al Gobierno del país de Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Partido Socialista) cuyo régimen responde con silencio y traslado de más inmigrantes indocumentados por la «noche» de Canarias a este municipio.

La presidente de Gobierno autonómico de la Comunidad de Madrid (España) por el Partido Popular (PP), Isabel Natividad Díaz Ayuso, ha asegurado este miércoles que Alcalá de Henares vive un «auténtico caos» tras la llegada de 1.200 inmigrantes ilegales trasladados por el Gobierno central desde Canarias, y ha dicho que «ya se han producido reyertas graves» y «se están investigando agresiones sexuales a mujeres del municipio».

Ayuso ha presidido el Consejo de Gobierno de manera extraordinaria en Alcalá de Henares, donde ha detallado que ya hay más de 1.200 personas que han llegado desde Canarias, «una cifra que no deja de crecer».

Ha afirmado que en esta localidad «ya se han producido reyertas graves, incluidas algunas protagonizadas por personas que ya han sido detenidas por la Policía Nacional, se están investigando agresiones sexuales a mujeres del municipio», además de un brote de sarna del que ha dicho que se ha hecho cargo la Comunidad de Madrid para tratar a ocho inmigrantes ilegales.

Ayuso ha denunciado que el Gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón «no ha hecho nada por coordinarse», con el resto de administraciones para solventar la crisis migratoria, y le ha acusado de «seguir mandado inmigrantes de tapadillo en aviones por la noches».

Por ello, ha reiterado que se trata de «una situación que empieza a ser ya insostenible» y ha añadido que no pueden «dejar de atender a las personas que se juegan la vida para llegar a nuestro país», ni pueden «ser cómplices del negocio despiadado e inhumano de las mafias».

Así, la política madrileña ha insistido que necesita contar con información «más precisa de la tremenda oleada de personas» que están utilizando Canarias como puerta de entrada a la UE, porque ha asegurado que sin está información no pueden ayudarles.

Al ser preguntada por cómo tiene constancia de que el Ejecutivo esté enviando a los migrantes a las comunidades y localidades gobernadas por el PP, Ayuso ha dicho que lo han visto porque «ha habido alcaldes socialistas que se han negado a recibirlos» y lo han visto «por las cámaras de seguridad».

En este sentido, ha detallado que «se están produciendo por las noches» y lo saben «por testigos», pero no tienen información “más que la llegada de estas personas, tal cual a los municipios».

Unas llegadas de migrantes que ha asegurado que quieren atender, pero no pueden porque no cuentan con la información que necesitan. «Necesitamos trabajar y no se puede», ha dicho la política progresista madrileña.

El caos por agresiones sexuales de inmigrantes ilegales en España que denuncia a gritos ahora el PP es lógico; los ilegales que inundan España y el resto de Occidente por las políticas del colectivistas e ideológia Woke son seres humanos y, como no podría ser de otra manera, tienen las mismas necesidades que los autóctonos, claro que necesitan satisfacer sus deseos sexuales. Los gobiernos que promueven la inmigración ilegal deberían empezar con atender los deseos sexuales de los «nuevos llegados» antes que mantas y bocadillos.