Barcelona (España), viernes 20 de octubre de 2023 (Lasvocesdelpueblo). La portavoz de la asociación Libres e Iguales, exportavoz del Grupo Parlamentario del Partido Popular (PP) en el Congreso de los Diputados, directora del Área Internacional de Fundación FAES, entidad vinculada al PP y actualmente diputada por Madrid al Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos (Cayetana Álvarez de Toledo), ha clausurado esta noche el acto de entrega del vigesimonoveno «Premio a la Tolerancia» —que organiza cada año la entidad catalana Asociación por la Tolerancia (AT), que preside el Ingeniero químico, Carlos Basté López— y que se ha convertido en un homenaje a los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, héroes policías nacionales y guardias civiles que defendieron el orden constitucional en Cataluña frente al golpe del 1 de octubre de 2017 (1-O).
VÍDEO. BARCELONA, 20/10/2023. CONTIENE TOTALES DE CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO. CATALUÑA RINDE TRIBUTO A SUS HÉROES DEL 1-O, DURANTE UNA ACTO DE ENTREGA DE PREMIO A LA TOLERANCIA A LOS POLICÍAS NACIONALES Y GUARDIAS CIVILES DE LA OPERACIÓN COPÉRNICO DEL 1 DE OCTUBRE DE 2017 Y A SUS COMPAÑEROS DE 2 AÑOS DESPUÉS, EN OCTUBRE DE 2019, TRAS LA PUBLICACIÓN DE LA SENTENCIA CONDENATORIA DEL GOLPE POR PARTE DEL TRIBUNAL SUPREMO
Durante el ha tenido lugar en el Hotel Innside Barcelona Apolo (Av. Paralelo 57-59, Metro Paralelo), sobre las 19:15 horas de esta tarde, Cayetana Álvarez de Toledo, rechazando frontalmente cualquier escenario de amnistía al golpe, ha asegurado que «el 1 de octubre de 2017, la Guardia Civil fue, como nunca la garante de la convivencia española, una fuerza de pacificación». «Por un instante, solo por un instante, imaginen lo que hubiera sucedido sin su intervención», agregó la política española.
A continuación, reproducimos el discurso íntegro de Cayetana Álvarez de Toledo durante el 29º Premio a la Tolerancia.
TOTALES DE CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO
«Buenas noches
Es decir que España no tiene motivo alguno para pedir perdón
Este premio es un reconocimiento a los policías y guardias civiles que en las horas más oscuras de la noche separatista aseguraron la ley y la libertad españolas. Es decir, este es un recordatorio de que la verdad existe; de que los hechos de octubre de 2017 tuvieron lugar; de que los se cometieron; de que hubo culpables: los golpistas, los malversador, los sediciosos y los prófugos; de que los policías y los guardias civiles cumplieron con su obligación al impedir el referéndum ilegal y los jueces al juzgar a sus responsables y el rey al reprobar losos en aquel discurso para el consuelo y para la historia. Es decir que España no tiene motivo alguno para pedir perdón.
El ‘Sanchismo’ ha convertido a Marlaska en un ministro sombrío y servil
Es un honor tomar la palabra en este acto. La Asociación por la Tolerancia es una de las más decentes e imprescindibles organizaciones civiles españolas; pocas representan como ella la resistencia de la Cataluña no nacionalista, su humildad, su paciencia, su perseverancia y su pacifismo esencial. Cualquiera se sentiría profundamente honrado de intervenir en su nombre y mucho más de recibir el premio que lo lleva. Y, sin embargo, ya lo ven ningún policía Guardia civil subirse hoy a este escenario; no les han dejado. ¿Quiénes? Sus jefes políticos; aquel juez (Fernando Grande-marlaska Gómez) al que creíamos «valiente» y a que el ‘Sanchismo’ o sus propias flaquezas han convertido en un ministro sombrío y servil. Aunque en realidad se comprende.
La amnistía borra el delito
Sí, este Premio la Tolerancia deja involuntariamente en evidencia al Gobierno. concretamente, a la maniobra con la que un oportunista (Pedro Sánchez Pérez Castejón), sin escrúpulos, busca perpetuarse en el poder, después de perder las elecciones. El señor Sánchez —tan beligerante, respecto a la necesidad de mantener viva y divisiva la memoria de la guerra civil— pretende borrar lo sucedido hace 4 años en Cataluña el golpe de estado separatista de 2017). Peor, pretende someter los hechos a un mágico centrifugado moral por el cual las culpas se invertirían: los sediciosos se convertirían en demócratas y los demócratas, pues, en lo que digan los sediciosos: en «fachas». ¡Claro! La amnistía (al golpe) no perdona el delito, eso lo hace el indulto; la amnistía borra el delito. Es decir, blanquea la sedición y a los sediciosos:
1.- Con la amnistía del Gobierno da la razón a los golpistas y se la quita a quienes defendieron y aplicaron la vigente ley española.
2.- Con la amnistía —y esto es clave— se funda una nueva legalidad, la de la autodeterminación que quedaría retroactivamente bendecida, legitimada y, por lo tanto, autorizada para volver a ejercerse desde ya.
3.- Por resumir, se legaliza el golpe de estado.
Los nacionalistas lo han entendido muy bien. El señor Pere Aragonés García (presidente de Gobierno autonómico de la Generalidad de Cataluña y coordinador de ERC) ayer, jueves 19 de octubre de 2023) en el Senado (dijo): «La amnistía es el punto de partida para un nuevo referéndum«. ¡Claro! Porque valida el referéndum anterior. Si el propio Estado reconoce que «votar la independencia de Cataluña no es un delito» pues volverán a hacer. La lógica es aplastante; aplastan la Constitución Española.
Sí, queridos amigos, con la amnistía el que pide perdón y de rodillas es el Estado, entre otros los policías y guardias civiles a los que hoy premiamos o intentamos de premiar. De hecho, los golpistas premiados y los policías sin premio. Ese es el perverso balance de este Gobierno y su proyecto.
¡No; no vamos a pedir perdón!
Este acto, por lo tanto, es una afirmación de la verdad, una una reivindicación del Derecho español y una advertencia tajante: ¡No; no vamos a pedir perdón! Porque la autodeterminación no fue legítima entonces ni lo será nunca mientras rija el Orden Constitucional. La autodeterminación es incompatible con la democracia, la líquida.
El 1-O vi como blindaban el recinto con groseras cadenas y un ridículo tractor.
Volvamos ahora a los hechos, a lo que vimos y vivimos. A fin de cuentas la verdad está trenzada de vivencias personales. Yo estuve la mañana del 1 octubre de 2017 en San Julián de Ramis (comarca del Gironés) en la provincia de Gerona. Lo he contado muchas veces y por lo que se ve y por lo que viene voy a tener que seguir haciéndolo:
1.- Yo vi como una horda ciega de xenofobia convertía un anodino polideportivo de pueblo en el escenario de un golpe de estado.
2.- Vi como a golpe de falsas urnas chinas, unos catalanes se disponían a violentar la Constitución Española y su propio Estatuto de Autonomía para convertir a otros catalanes en extranjeros.
3.- Vi como blindaban el recinto con groseras cadenas y un ridículo tractor.
4.- Vi como clamaban consignas parvularias enchidas de odio y de ignorancia.
5.- Y vi, sí, como utilizaban a niños de cu y 5 años como escudos humanos ante la inminente comparecencia del Estado de Derecho (llegada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dle Estado en marco de la Operación Copérnico); y el Estado compareció: la Guardia Civil llegó con la primera luz del día, en una operación seca y rápida, desarticuló el golpe, con una delicadeza extrema, felizmente desproporcionada dos agentes retiraron a los y los pusieron al resguardo de sus padres. Los separatistas les provocaban, les escupían y les gritaban a 2 cm de la cara: «¡Viva Tierra Libre! («Visca Terra Lluire!») [en referencia a la banda terrorista separatista y comunista catalana «Terra Lluire«]. Es decir viva el tiro en la rodilla y la bomba en el pecho. Pero los guardias civiles, impávidos como la ley, haciéndose acreedores de este premio siguieron a lo suyo la restauración de la paz civil.
El 1-O de 2017 la Guardia Civil fue una fuerza de pacificación
Aquella mañana del 1 de octubre de 2017, la guardia civil fue, como nunca la garante de la convivencia española, una fuerza de pacificación. Por un instante, solo por un instante, imaginen lo que hubiera sucedido sin su intervención.
Al agente de las UIP Iván Álvarez casi lo matan
Dos años después [el 14 de octubre de 2019, fecha de la publicación de la sentencia condenatoria del golpe por parte del Tribunal Supremo], tarde ya en la noche, bajando el Paseo de Gracias en la Vía Layetana de Barcelona:
1.- Vi a la Policía Nacional desempeñar la misma y conmovedora función.
2.- Vi como energúmenos levantaban barricadas, lanzaban, piedras y amenazaban con reducir la ciudad cenizas en venganza contra la sentencia que condenaba los golpistas por sedición.
3.- Y vi como los policiales respondían, contenidos, moral y materialmente maniatados a uno de ellos, el agente de las Unidades de Intervención Policial (UIP), Iván Álvarez, casi lo matan; a Álvaro González Burón [exagente del Cuerpo Nacional de la Policía pero, fue un policía de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que fue herido en el año 2019 y que, pues, debido a las heridas, que todavía padece, pues, tuve que ser obligado a jubilarse] hoy aquí presente, también (casi lo matan).
[Sonoros y emotivos aplausos de reconocimiento interrumpen a la política que debe esperar un rato antes de continuar con su discurso]
A Iván Álvarez, lo visité dos días más tarde en el hospital. Estaba tumbado en una camilla, los pulmones encharcados, el cráneo partido, los ojos llenos de Lágrimas, hablaba muy bajo entre espasmos y lo cogí de la mano; le pregunté: ¿Qué podía hacer por ti? Y me contestó: «Un reconocimiento para mis compañeros». No lo olvidaré jamás.
Todo esto ocurrió y nada de esto puede ser borrado ni mucho menos tergiversado
4.- He visto otras cosas y ustedes también; hemos visto españoles decentes de distintas ideologías manifestarnos juntos en Barcelona en defensa de la libertad la igualdad y la soberanía común.
5.- Hemos visto al rey felipe VI de España poner fin al desamparo institucional de los catalanes no nacionalistas y asumir con ellos un compromiso inédito y profundamente emocionante: «No estáis solos ni lo estaréis tenéis todo el apoyo y la la solidaridad del resto de los españoles y la garantía absoluta de nuestro Estado Derecho en la defensa de vuestra libertad y de vuestros derechos», dijo (su majestad el rey el pasado 3 de octubre de 2017).
6.- Y hemos visto también, yo desde un balcón de la Plaza de las Descalzas de Madrid, desfilar al alba los furgones policiales hacia el Tribunal Supremo donde los golpistas fueron juzgados con todas las garantías de la ley y más, con cámaras grabando y difundiendo cada palabra y cada gesto —no ya de los acusados sino de la acusación, de los fiscales, de los jueces; la Televisión ese tribunal de garantías mediático con proyección internacional—.
7.- Y al final vimos, sí, como los golpistas no eran condenados por rebelión sino por sedición, apilando no sé qué ensoñación, para asegurar una sentencia unánime.
A mí aquella concesión no me gustó; lo admito pero, la acepté; y con el tiempo llegué a celebrarla. «España», me dije, «no solo es un Estado Derecho es también un Estado benévolo, generoso e integrador.
Todo esto ocurrió y nada de esto puede ser borrado ni mucho menos tergiversado porque así lo exijan las ambiciones de un oportunista (Pedro Sánchez Pérez Castejón) sin escrúpulos que perdió las elecciones a las Cortes Generales del pasado 23 de julio de 2023 (23J).
El Estado no tiene motivos para pedir perdón
El premio que entregamos esta noche es un premio a la dignidad de un Estado que no tiene motivos para pedir perdón si acaso para exigirlo.
Me dirán que el Estado lleva décadas pidiendo perdón replegándose cabizbajo, avergonzado como si arrastrara una inaudita culpa heredada de la que no se logra desprender. Ciertamente, es uno de los misterios de una Democracia española que enterró la dictadura pero, asumió sus deudas.
Bien lo saben muchos policías y guardias civiles, ambos Cuerpos policiales tienen un largo historial de agravios; estos sí, reales y legítimos. Han sufrido humillaciones insoportables y no me refiero a los años de plomo (de los tiro en la nuca y coche bomba de la banda terrorista separatista y comunista de las Vascongadas ETA) sino a ese socavón […]; me refiero al propio Proceso (Procés). Aquellos barcos de caricatura infamante, aquella inaudita falta de medios y sobre todo la precipitación y la cobardía con la que tantas bellas almas se sumaron al coro de TV3 y de la Sexta TV: «¡Porras contra viejecitas», «Violencia ilegítima» o «¡Desproporción!».
Nada puede justificar la legalización del golpe de estado
Si una aberración como la amnistía al golpe se acaba aprobando, si hay tantos socialistas dispuestos a desdecirse y tantos presuntos juristas y periodistas, […] folks, haciendo contorsiones para justificarla es porque la vergüenza española es un terreno abonado; abonado también hay que decirlo por el espíritu de la época; el desprecio por las jerarquías, la aversión a todo lo que huela autoridad, el prestigio de los sentimientos, la entronización de la voluntad.
«Los tribunales no pueden juzgar los sentimientos», dijo el señor José Montilla Aguilera [exlíder del Partido Socialista en Cataluña expresidente de la Generalidad de Cataluña de 2006],un contemporáneo de manual.
Ahora bien, dicho todo esto, asumidas las responsabilidades colectivas y el contexto, nada puede justificar la legalización del golpe de estado y mucho menos la «La torna»; «La torna», sí. Como el título de la obra maestra que en plena transición a «Els Joglars» le valió a el exilio y la cárcel. «La torna» es esa porción, ese complemento que se añade una medida para que un peso neto. «La torna» fue entonces un criminal accidental, por así decirlo, que se hacía llamar «Heinz Chez», a quien el franquismo agonizante ejecutó junto al anarquista Salvador Puig Antich a modo de atenuante para disimular.
Ahora «La Torna» en el franquismo son los policías procesados del 1-O
Ahora La Torna son los policías procesados por su actuación el 1 de octubre a los que la coalición electoral SUMAR, en la acción del Gobierno, propone amnistiar junto (al prófugo de la Justicia) Carles Puigdemont Casamajò y a (los terroristas callejeros) Comités de Defensa de la República Catalana (CDr) para redondear la amnistía al golpe, para que dé el peso para que el Gobierno pueda decir: «¡Miren, miren no solo blanqueamos a los de un bando, también a los del otro» y que los demócratas les demos rendidos las gracias. Lo que faltaba.
Incluso la tolerancia tiene sus límites.
El Estado no debe pedir perdón a los que lo atacan
Queridos amigos,
1.- El Estado no debe pedir perdón a los que lo atacan pero, además, es hora de que empiece a defender a los que lo defiendan: al Cuerpo Nacional de la Policía, a la Guardia Civil —por supuesto, merecen salarios dignos y como mínimo equivalentes a los de las policías autonómicas— y también defensa frente a los socios del Gobierno, pienso en el brazo político de la banda terrorista ETA en las Instituciones EH Bildu y su sucia campaña para echar la Guardia Civil del País Vasco y de Navarra. Al menos ahora no lo hacen reventando cuarteles llenos de niños pero, el efecto es el mismo.
2.- Un Estado sin Fuerzas y Cuerpos de Seguridad presentes en todo el territorio nacional no es un Estado, es una entelequia.
3.- El estado, también, tiene que defender a sus jueces y a sus fiscales —Ana Mireya Gómez Baquero, la exfiscal jefe de la Fiscalía provincial de Barcelona, que está por aquí—, sobre todo los que sirven en Cataluña en el País Vasco, cada vez más plazas quedan vacantes. ¿Alguien se ha preguntado por qué? ¿Pero sobre todo alguien se ha preguntado cómo y cuándo vamos a remediarlo? Hacer Estado es hacer Justicia. Es decir, proteger a los débiles de los poderosos, a la niña de Canet de Mar (Barcelona) [perseguido y atacada en su escuela por estar estudiando en español -el cumplimiento de la sentencia del 25% de clase en español-] de esa generalidad que incumple y pisotea la ley. Es una de las muchas paradojas de la izquierda española, defensora del Estado, no hace más que socavar (al Estado).
4.- Finalmente, el Estado tiene que apoyar y dar las gracias —levantan un monumento a quienes como la asociación por la tolerancia llevan más de 40 años, haciendo un trabajo que no les corresponde; sin ir más lejos, esta misma noche el Estado existe precisamente para que los ciudadanos no tengan que asumir el papel de «héroes», para que nadie se vea moralmente impedido a montar una asociación para defender los derechos civiles de sus vecinos ni a recaudar fondos para asegurar el cumplimiento de las sentencias judiciales como la del 25% del español en las aulas en Cataluña y a convocar pequeños actos un viernes de otoño por la noche para rendir tributo a quienes tuvieron que emplear la fuerza, que legítimamente tenían encomendada, para asegurar nuestra libertad—. Todo eso es tareo del Estado y lo será.
España tiene un presente difícil pero su futuro depende de nosotros
Vengo esta noche, por tanto, también con un mensaje de esperanzas. Nada de lo que hemos visto y estamos viviendo es inevitable: Ni la impunidad de los golpistas ni su envalentona ni la decadencia radical de Cataluña ni por supuesto la ruptura de España
El Sanchismo, y voy a insistir en esto, es ante todo una forma de pesimismo. Pedro Sánchez Pérez Castejón [presidente de Gobierno de coalición en funciones de España y secretario general del Partido Socialista (PSOE)] y sus aliados abonan la vieja teoría de que España está condenada a repetir sus fracasos históricos; de que España solo puede ser aquello que auguran los cediosos y sus odiadores; un duelo a garrotazos, un frankenstein desconocido y un desencanto de que la etapa constitucional no ha sido más que un paréntesis, fuegos artificiales que brillan efímeramente para disolverse en la noche. Y no es verdad. España tiene un presente difícil pero su futuro depende de nosotros, de nuestras convicciones, de nuestro coraje y de nuestra determinación.
Los líderes políticos son imprescindibles, desde luego, pero, también lo son los ciudadanos responsables últimos del destino de su Nación.
Así que españoles, la Constitución de 1978 sigue teniendo vigencia y valor; un profundo valor político y moral. La Constitución se levantó sobre una idea luminosa que hizo posible la civilización, la idea de que el valor de un ser humano no depende de ninguno de sus atributos identitarios: el sexo, la raza, la procedencia, el acento o el color de piel sino solo de sus hechos.
España no tiene motivos para pedir perdón ni nosotros el derecho a desistir
«Sabe [Sancho] que no es un hombre más que otro sino hace más que otro», dijo sabiamente El Quijote. Sobre esa idea se funda la Nación moderna, la Nación de ciudadanos Libres e Iguales que desde 1978 es España. Por esa idea entregaron su vida los mejores de los nuestros. Y por esa idea dieron la cara y se jugaron el cuerpo los policías y guardias civiles a los que hoy rendimos tributo.
Nadie va a subirse a este modesto escenario para recibir el vigesimonoveno Premio a la Tolerancia pero, el día llegará y entonces no seremos 100 personas un poco más en una pequeña sala alquilada de un hotel sino miles de ciudadanos bajo el amparo de unas autoridades políticas dignas de nuestro respeto.
España no tiene motivos para pedir perdón ni nosotros el derecho a desistir.
Muchísimas
[Sonoros aplausos de un total de 59 segundos]».
VÍDEO. BARCELONA, 20/10/2023. CONTIENE TOTALES DE CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO. CATALUÑA RINDE TRIBUTO A SUS HÉROES DEL 1-O, DURANTE UNA ACTO DE ENTREGA DE PREMIO A LA TOLERANCIA A LOS POLICÍAS NACIONALES Y GUARDIAS CIVILES DE LA OPERACIÓN COPÉRNICO DEL 1 DE OCTUBRE DE 2017 Y A SUS COMPAÑEROS DE 2 AÑOS DESPUÉS, EN OCTUBRE DE 2019, TRAS LA PUBLICACIÓN DE LA SENTENCIA CONDENATORIA DEL GOLPE POR PARTE DEL TRIBUNAL SUPREMO
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