Cs facilita su documento «Transparencia» tras «ataques vertidos por rivales políticos»

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El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera Díaz, hoy durante el acto central de campaña en la capital del país, Madrid. Lasvocesdelpueblo

Redacción – La formación naranja, Ciutadans Partit de la Ciudadanía Ciudadanos (Cs), que lidera Albert Rivera ha facilitado hoy a ‘Ñ Pueblo’ Lasvocesdelpueblo, su documento interno «Transparencia» con la postura de los de Albert e Inés Arrimadas sobre «los ataques vertidos por los rivales políticos»; ante el éxito histórico de los ‘naranjitos’ en Cataluña y la subida imparable de Ciudadanos Cs en las encuestas, a 2 años de las elecciones generales. Madrid (España), jueves 15 de febrero de 2018. Fotografía: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera Díaz, hoy durante el acto central de campaña en la capital del país, Madrid. Lasvocesdelpueblo

Documento

«CIUDADANOS, PARTIDO LÍDER EN TRANSPARENCIA

Ciudadanos es el partido más transparente y limpio de España, así lo pone de manifiesto Transparencia Internacional (sacamos un 10 en sus exámenes) y el hecho de que seamos el partido que más documentación aporta al Tribunal de Cuentas para que la fiscalice. Ciudadanos no solo le remitió la contabilidad nacional de 2015, como hicieron otros partidos y marca la ley, también la de más de 200 grupos institucionales.

Aportamos los datos de nuestros grupos autonómicos y municipales porque estamos comprometidos con la transparencia y lo hicimos pese a que la ley no obliga a ello, pese a que aquel año fue el de la expansión nacional del partido y pese a saber que seríamos los únicos que realizaríamos ese esfuerzo.

El PP tuvo exactamente la actitud contraria, como es habitual en un partido que lleva la opacidad en su ADN: presentó únicamente sus cuentas nacionales y ningún dato de sus cientos de grupos institucionales, que manejan millones y millones en toda España.

El propio Tribunal de Cuentas censura que no hicieron «ningún esfuerzo» por aportar documentación de esos grupos, a los que no pudo fiscalizar.

Podría pensarse que algo tendrán que ocultar, toda vez que cada día nos desayunamos con la confesión de un corrupto del PP en algún punto del país o el estallido de un nuevo escándalo de financiación irregular.

Ayer en Valencia, hoy en Madrid y mañana quién sabe dónde tocará. Nuestras cuentas están en el Tribunal de Cuentas para que las fiscalice hasta el más mínimo detalle y haga las salvedades que considere oportunas; las del PP las confisca la Guardia Civil o la Policía y las juzgan tribunales de media España.

En cuanto al PSOE, tampoco presentó las cuentas de la inmensa mayoría de sus miles de grupos municipales -sí las de los autonómicos- ni tampoco la documentación de 857 cuentas corrientes donde manejan más de 2’3 millones de euros.

Asimismo, dejó de contabilizar hasta 110 inmuebles (suponemos que sedes) por valor de casi 8 millones. Todo ello lo recoge el informe del Tribunal de Cuentas, pero parece que los viejos partidos se han olvidado de leer el grueso del mismo.

Partidos con semejante expediente, que hay que añadir a los incontables casos de corrupción que acumulan, deberían ser más prudentes a la hora de dar lecciones.

Respecto a Podemos, presentó sus cuentas fraccionadas y divididas porque está coaligado con un sinfín de partidos nacionalistas, agrupaciones locales y otras organizaciones.

Aún así, el Tribunal detectó que esa contabilidad está infravalorada en 424.000 euros y que es el partido que más donaciones privadas recibe (1’7 millones).

Pero hay más: el Tribunal de Cuentas recoge que el PP debió contabilizar, y no lo hizo, una deuda de 568.000 euros por la organización del Congreso Nacional de 2008, el que organizó Francisco Camps para Rajoy, deuda que le ha sido judicialmente reclamada y que sigue sin pagar.

Hoy sabemos que aquel PP «se financiaba con dinero negro», como declaró en sede judicial el que entonces era su número dos en Valencia, Ricardo Costa, y han confirmado todos los cabecillas de la trama Gürtel.

El PP tampoco contabilizó 13’3 millones que considera «gastos ordinarios» (sin justificar cómo ni por qué) ni cuatro inmuebles de su titularidad. Solo esa opaca partida de gastos ordinarios ya suma tres cuartas partes de todo el presupuesto de Ciudadanos en 2015, año que analiza el informe.

Los agujeros de los viejos partidos escapan a la lupa del Tribunal de Cuentas porque, como han hecho toda la vida, se niegan a aportar la documentación correspondiente.

¿Cómo es posible que el Tribunal de Cuentas no haya destapado jamás un solo caso de corrupción en el país de Filesa, Naseiro, los Cursos de Formación, el Cas Palau, los ERE, la Gürtel, el 3%, la Púnica, la operación Lezo, el caso Taula o Bárcenas? Por una sencilla razón:

El bipartidismo nunca ha querido arrojar luz a su financiación, solo le ha presentado lo justo para cumplir con la ley, escurrir el bulto y hacer ver que no había sobresueldos en sobres, lingotes de oro en altillos de cargos públicos, dinero en cajas de puros o Jaguars en garajes de políticos que luego nunca decían no saber cómo llegaron hasta ahí.

El PP le pone el candado a sus cuentas, en una actitud perfectamente coherente con la que es su estrategia cada vez que le estalla un escándalo de corrupción:

Tratar de taparlo, proteger a los imputados (llevan cerca de 900, incluidos todos los que algún día fueron tesoreros en Génova) y poner el ventilador para intentar manchar a los que estamos limpios.

Se hacen los escandalizados porque candidatos de Cs a las municipales 2015 adelantaron por su cuenta y de su bolsillo dinero para gastos electorales (14.000€ entre todos), lo facturaron al partido y éste luego rechazó abonárselo, informando al Tribunal de Cuentas de todos los casos, catalogados como donaciones (en ningún caso de terceros, siempre de miembros de la organización).

El PP trata de desacreditarnos por eso, ridículamente, mientras calla sobre los 23’5 millones desviados a paraísos fiscales en la Lezo, los más de mil millones defraudados en la Gürtel y la Púnica o los 48.000 millones al año que nos cuesta la corrupción a todos los españoles.

¿Qué comprobamos con todo esto? Que el viejo bipartidismo le tiene alergia a la transparencia, intenta que el Tribunal de Cuentas fiscalice lo menos posible sus manejos y ataca con furia a quienes, como Ciudadanos, tenemos las paredes y los bolsillos de cristal.

No solo no tenemos ningún caso de corrupción 11 años después de nuestro nacimiento, además somos los más contundentes en la lucha contra esta lacra y los más comprometidos con la regeneración, como sabe toda España.

Los que mejor lo saben son los candidatos de PP y PSOE cuyas investiduras hemos apoyado, porque previamente debieron firmar un pacto anticorrupción que les obliga, entre otras cosas, a apartar de inmediato a los imputados por corrupción política.

Es así como dejaron el cargo público los expresidentes de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán; el expresidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez; o incontables cargos locales como el exconcejal murciano Roque Ortiz o exregidores de Astillero, Santa María de Cayón, Fuente Álamo…

Lo que ocurre ahora es que muchos se han puesto nerviosos por su descalabro en las encuestas, su hundimiento en Cataluña y la asfixia que sufren por los escándalos de corrupción.

Utilizan las recomendaciones del Tribunal de Cuentas para intentar poner a los demás a la altura de su corrupción, cuando hasta el presidente del órgano ha dicho ya en el Congreso que no hay asomo de ilegalidad.

Es algo que sabe toda España, empezando por un PP que desde el primer momento ha dicho que no llevará el informe ni a la Fiscalía ni al juzgado. No hay caso y no quieren ampliar su colección de varapalos judiciales.

El PP miente, en un intento desesperado de levantar cabeza, pero su credibilidad en la lucha contra la corrupción es nula», sentencian fuentes de la ejecutiva Nacional de Ciudadanos a ‘Ñ Pueblo’ Lasvocesdelpueblo.