Más de 5 millones de catalanes llamados a las urnas mañana 21-D tras el Artículo 155

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Dos catalanas dividida se dirigen a la plaza de la Universidad de Barcelona el 2 de octubre, después del fracaso del primer paso del golpe de estado separatista impulsado por el gobierno secesionista de Carles Puigdemont el pasado 1-O. Archivo Efe.

Agencias – Ha sido sin duda la campaña electoral más atípica, no solo porque nada más arrancar, el 5 de diciembre, coincidió con el Puente de la Constitución, ni porque la fecha de las elecciones cae por primera vez en un día laborable entre semana, sino por el contexto de polarización y tensión en el que se ha desarrollado. Barcelona (España), miércoles 20 de diciembre de 2017. Fotografía: Dos catalanas dividida se dirigen a la plaza de la Universidad de Barcelona el 2 de octubre, después del fracaso del primer paso del golpe de estado separatista impulsado por el gobierno secesionista de Carles Puigdemont el pasado 1-O. Archivo Efe.

Un total de 5.554.395 catalanes están llamados a votar mañana en unas elecciones de carácter excepcional, las primeras convocadas por el Gobierno del Estado en aplicación del artículo 155 de la Constitución, tras el cese del Gobierno catalán de Carles Puigdemont por la declaración unilateral de independencia en el Parlamento de Cataluña (DUI).

Las consecuencias de la jornada del 1-O han marcado de principio a fin una campaña en la que el separatismo, que en esta ocasión se presenta con tres listas separadas -Juntos por Cataluña (JxCat) que es la antigua Convergencia PDECAT, ERC y CUP-, puede perder, según los sondeos, la mayoría absoluta que logró en los comicios del 27 de septiembre de 2015, frente a un bloque constitucionalista al alza, lo que abriría la puerta a nuevas sumas.

Los acontecimientos del 1-O, los encarcelamientos de dirigentes separatistas y el traslado de Carles Puigdemont y una parte de sus consejeros cesados a Bélgica han monopolizado prácticamente los ejes de la campaña en todas las candidaturas, que a duras penas han podido dar visibilidad a sus propuestas sociales y de otro tipo.

El debate sobre el «procés», que ya capitalizó la atención en las elecciones de 2015, ha vuelto a centrar los mensajes de los candidatos, unos -JxCat, ERC y CUP- para reivindicar el camino hacia la «república catalana» y denunciar la «represión» del Estado, otros -Ciudadanos, PSC y PPC- para reclamar el fin del proceso separatista al constatar que lleva a Cataluña al «precipicio», y algunos -los comunes- para matizar a uno y otro bloque.

Tanto JxCat como ERC han tenido que adaptar sus actos de campaña a las ausencias de algunos de sus principales candidatos, bien porque se encuentran presos bien porque siguen en Bélgica.

El presidente de la Generalidad cesado, Carles Puigdemont, que encabeza la candidatura de JxCat, ha acabado siendo omnipresente en los actos electorales de su lista, a través de mensajes grabados en vídeo o mediante intervenciones por videoconferencia, que los asistentes a los mítines podían ver en pantallas gigantes.

El «osito» Junqueras

No han podido hacer lo mismo los números 2 y 7 de JxCat por Barcelona, los delincuentes peligrosos Jordi Sánchez y Joaquim Forn, a quienes el Tribunal Supremo denegó el permiso para salir en libertad y hacer campaña.

Tampoco el vicepresidente del Gobierno cesado, el delincuente fanático conocido como «el Osito» separatistas, Oriol Junqueras (ERC), en la cárcel desde el 2 de noviembre, ha podido hacer campaña para la lista que lidera, la de ERC, que ha dado todo el protagonismo a la número dos, Marta Rovira, a los excarcelados Raül Romeva y Carles Mundó y a la presidenta del Parlamento de Cataluña -en libertad con fianza y prohibición de salir de España- Carme Forcadell.

En el flanco opuesto, el cabeza de lista del PPC, Xavier García Albiol, ha contado durante varios días de campaña con el apoyo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, y otras caras conocidas del PP como su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

También el candidato del PSC a la Presidencia de la Generalidad, Miquel Iceta, ha recibido el apoyo en varios mítines del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, así como del expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell y de otras figuras socialistas, como el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Ciudadanos, por su parte, ha basado su campaña en potenciar el perfil de su presidenciable, Inés Arrimadas, que se ha visto arropada a menudo por el presidente del partido, Albert Rivera, y que ha llegado a compartir escenario en un acto con el ex primer ministro socialista francés Manuel Valls y el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

Los traidores, los «Comunes» de Ada Colau y Pablo Iglesias

El cabeza de lista de Cataluña en Común-Podemos, Xavier Domènech, ha contado en algunos actos con el apoyo del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Quien menos protagonismo ha acaparado ha sido el número uno de la lista de la CUP, Carles Riera, que ha cedido espacio a otros miembros de su candidatura y a exdiputados de su formación, además de las intervenciones del exlíder de Podemos Albano Dante Fachin, que ha frecuentado actos de los anticapitalistas y alguno de ERC.

La participación, clave para destruir el separatismo

Una de las claves de estas elecciones puede estar en la participación, que si ya fue elevadísima en 2015 -rozó el 75 por ciento- esta vez los expertos en demoscopia pronostican que puede alcanzar una cifra récord.

Según el INE, de los 5.554.394 catalanes con derecho a voto, 5.328.013 son residentes en Cataluña -3.981.177 en la provincia de Barcelona, 549.246 en Tarragona, 499.730 en Gerona y 297.860 en Lérida- y 226.381 están registrados en el extranjero.