Barcelona (España), domingo 27 de agosto de 2023 (Luis Torres Píñar).- Ya no hay duda; todos los partidos políticos, excepto VOX, homologan a los enemigos de España. No debiera de sorprendemos que el Partido Popular (PP) después de haber gobernado en España durante más de quince años y haber estado durante casi todo ese tiempo flirteando con el nacionalismo, ahora legitima a JxCAT, partido del huido Carles Puigdemont Casamajò, solicitándole una reunión para tratar sobre la posible investidura de su líder, el trilero Alberto Núñez Feijóo.
Dice Feijóo que: «[…] el encargo de la investidura conlleva la obligación de hablar con todos los que quieran hablar». En una Nación realmente democrática eso puede ser así, pero estamos en España, y éste es un Reino en el que la turbamulta social desde la Constitución española de 1978 ha venido legitimando a partidos políticos, de pasado criminal y la formación de otros, cuya capacidad de obrar en sentido edificante deja mucho que desear por su demostrada nesciencia, que, sin ningún pudor, alardean públicamente.
Señor Feijóo, una cosa es que el partido secesionista JxCat, fundado por el insurrecto Carles Puigdemont Casamajò, le pida «hablar» y otra, muy diferente, es que sea usted quien llame a su puerta para pedir una reunión. Si realmente usted señor Feijóo quiere «servir a España», comience por respetar a los españoles, su soberanía y a aquellos que tan «cándidamente» han confiado en usted. Poner a quien se niega a hablar con su majestad el rey Felipe VI de España al mismo nivel del que sí lo hace es tanto como homologarlo a la cotidianidad parlamentaria, pero eso no es así. Ser demócrata no es admitir que tú enemigo, el que quiere exterminarte, disponga de las mismas prerrogativas.
Así, pues, de todos los partidos políticos con representación parlamentaria, tan solo queda VOX para defender sin complejos la Monarquía y la Soberanía de los españoles en el Congreso de los Diputados de esta querida España. Esperemos que eso continúe. Duras pruebas le quedan por delante a este partido.
Por otra parte, ya vemos parte del pago del coste de la constitución de la Mesa del Congreso de los Diputados. PSOE y Sumar, ceden «voluntariamente» y con gusto los asientos suficientes a ERC y JxCAT para que se beneficien de lo que supone disponer de Grupo Parlamentario propio en el Congreso de los Diputados.
Además de los beneficios a la hora de participar en el día a día del Parlamento español, estos partidos secesionistas en el que su ideario político es que: «cuanto peor le vaya a España como reino, mejor les va a ellos como secesionistas», PSOE y Sumar les obsequian con un premio económico con cargo al bolsillo de todos los españoles —más de dos millones de euros a cada uno de ellos— para sus gastos identitarios: embajadas, disturbios callejeros y un largo abanico de opciones dirigidos a romper la unidad nacional, contra España y directamente contra los españoles que residimos en Cataluña y en las Vascongadas, que somos los que sufrimos de forma cotidiana su deletérea hoja de ruta.
¡Muy bien a todos esos los líderes de esos partidos políticos! Les digo: Ustedes no son demócratas sino unos cenutrios que —con el voto de los miles de ignorantes producto de cuarenta años de leyes educativas embridadas en políticas acomplejadas— nos han llevado hasta cultivar una sociedad laxa, carente de principios y valores, incapaz de discernir entre lo que es real o una entelequia. Al menos es lo que parece a la vista de lo que estamos permitiendo y somos capaces de tolerar a nuestros políticos; nuestros asalariados que deben solventar los problemas y no generarlos.
Apelo a los políticos, militares, intelectuales y personas civiles con liderazgo social, que crean que les queda algo de dignidad, para que, al margen de intereses personales, den un golpe en la mesa y digan: «¡Políticos de España, se terminó!». Todos ellos sean puestos a disposición judicial para que devuelvan todo el posible lucro acumulado y permitido robar. Así, dar una lección al mundo de que España no paga nóminas a los traidores, no permite lucrarse a los ladrones de guante blanco, los trileros políticos no tienen cabida y los sinvergüenzas terminan en la casa común de los delincuentes.
Este escribidor, como siempre, dispuesto a dar un paso al frente a deposición y junto a esa persona capaz y bizarra que decida dar el paso. A mí, me falta el apoyo social imprescindible y necesario o al menos así ha sido hasta ahora en cada ocasión en la que lo he intentado.
¡Por España! ¡Desperta Ferro!
Luis Torres Píñar
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