Su majestad el rey| Si el sátrapa Pedro Sánchez no sirve a España y la Corona busque quien lo haga

Podemos asumir nuestro papel de rebaño, incluso que los perros nos conduzcan, pero al menos denos cobijo donde refugiarnos y no nos deje desamparados ante los lobos. Todo lo demás es driblar lo mejor posible para alcanzar la meta que, en este caso, le puede llevar a usted al exilio y a los españoles a un incierto futuro.

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FOTOGRAFÍA. MURCIA (ESPAÑA), 11.07.2019. Entrega de Reales Despachos a 99 nuevos oficiales del Ejército de Aire español, un acto presidido por sus majestades los reyes de España en Murcia. Ejército, Ejército español, militares, soldador, Ejército de Aire, Reyes de España, la Corona, rey Felipe VI, rey, Fuerzas Armadas. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo)

Barcelona (España), lunes 7 de agosto de 2023 (Luis Torres Piñar).- La obligación del rey Felipe VI, ante a quién encargar la formación del próximo Gobierno. La Constitución española de 1978, en su artículo 56 del Título II «De la Corona», reconoce al Rey como símbolo de la unidad y permanencia del Estado, que «arbitra y modera» el funcionamiento regular de las instituciones, asumiendo la más alta responsabilidad del Estado.

Hoy encontramos en los diferentes medios de comunicación la difícil situación en la que las urnas han puesto a su Majestad el rey de España, al no reflejar un resultado suficientemente clarificador en la que ninguno de los posibles candidatos está en posición de garantizar una mayoría suficiente para conformar un gobierno capaz de dar la estabilidad que España necesita.

Estos opinantes pretenden transmitirnos que Usted, majestad, es el invitado de una boda en la que su opinión es totalmente neutral y nada se debe esperar sobre su veredicto a favor de uno u otro de los contrayentes.

El papel del rey Felipe VI ante el encargo de formar el próximo Gobierno

En mi humilde opinión, majestad, usted lo tiene bastante fácil… Me refiero a la decisión de a quién encargar la formación de gobierno entre los candidatos con opciones de conformar una mayoría. A usted, majestad, le sobra sin duda una gran sindéresis, basta con aplicar el mandato constitucional.

El artículo 62.d de la Constitución española modula la función expresa y exclusiva lo que usted «no puede, debe» que es ejercer su arbitraje y tras entrevistarse con todos y escuchar a los representantes de todos los partidos elegidos que han obtenido la confianza de los ciudadanos emanada de las urnas, proponer un candidato para formar Gobierno. Luego depende del Congreso de los Diputados aceptar o rechazar al candidato.

Nada se dice que usted, majestad, deba escuchar por boca de otro sobre el supuesto apoyo que recibirá de unos representantes políticos que le denigran a usted, a su Corona y lo que es peor, a España y deciden no acudir a su llamada de consultas y exponer ante usted para quién sería su voto. Si no asisten, no conocemos su voto de confianza a quién iría dirigido.

Es obvio que la Constitución de 1978 adolece de muchos defectos, pero el más deletéreo es el semántico cuando atribuye «neutralidad» a su función. ¿Cómo se puede ser neutral y al mismo tiempo árbitro y moderador…?

1.- Neutral: Que no participa de ninguna de las opciones en conflicto (RAE)

2.- Árbitro: Persona que, como autoridad reconocida o designada por las partes, resuelve un conflicto o concilia intereses (RAE)

¿Se puede imaginar alguien coherente que en un tribunal de Justicia sus miembros no juzguen a los litigantes y dicten sentencia justa por ser «neutrales» o en cualquier evento deportivo el árbitro no sea imparcial? Pues eso es lo que los españoles esperamos de usted, majestad.

Deje de ser neutral y ejerza de una vez por todas su obligación de arbitrar y ejecute las funciones que se le atribuyen expresamente en la Constitución y las leyes. Nos han hecho creer que la Constitución no permite su intervención en la política y sin embargo se le otorga ser árbitro y moderador… ¿En qué quedamos?

Podemos asumir nuestro papel de rebaño, incluso que los perros nos conduzcan, pero al menos denos cobijo donde refugiarnos y no nos deje desamparados ante los lobos. Todo lo demás es driblar lo mejor posible para alcanzar la meta que, en este caso, le puede llevar a usted al exilio y a los españoles a un incierto futuro.

Majestad, usted no puede ser árbitro sin decidir si el balón ha pasado la línea o no. Es decir, si permite que Pedro Sánchez Pérez Castejón vuelva a mentirle en su propia cara y despacho y usted decide creerle otra vez.

Ha llegado la hora de ponerse la Corona y trabajar al margen de los intereses espurios de los políticos y defender a los españoles de los enemigos internos y externos que están ahí esperando que usted se ponga de espaldas. Si el sátrapa Pedro Sánchez Pérez Castejón no sirve a los intereses de España y de la Corona, busque quien lo haga.

España está por encima de los provechos de los partidos políticos y los españoles sólo le tenemos a usted como defensor, árbitro y moderador de nuestros derechos constitucionales ante las continuas maniobras que los políticos llevan a cabo para favorecer sus únicos y oscuros beneficios.

Majestad, usted no está invitado a una boda, en las diferentes reuniones dónde tan solo debe escuchar a quien, al menos, le respeta y expresa su opinión. Aquellos que no asistirán a su llamada. Ya sabemos porque así lo repiten cada vez que tienen oportunidad que España y su Corona no entran en sus planes; cuánto peor le vaya a España mejor les va a sus intereses secesionistas…

Su situación, majestad, no es tan difícil, o sí.

Luis Torres Píñar