Una marea humana rechaza en Budapest la apertura de una «Universidad de la dictadura china»

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FOTOGRAFÍA. BUDAPES (AUSTRIA), 05.06.2021. Miles de personas se reunieron hoy, a pesar de las restricciones, en el centro de Budapest para protestar contra los planes del Gobierno de permitir la apertura de una universidad estatal china en la ciudad. Efe

E.- Viena (Austria), sábado 5 de junio de 2021. Miles de personas se reunieron hoy, a pesar de las restricciones, en el centro de Budapest para protestar contra los planes del Gobierno de permitir la apertura de una universidad estatal china en la ciudad.

La que sería la primera sede europea de la prestigiosa Universidad Fudan tendrá un coste de 1.490 millones de euros, según los planes del Gobierno del primer ministro ultranacionalista Viktor Orbán.

El terreno destinado está en la zona donde el ayuntamiento de Budapest, gobernado por el izquierdista Gergely Karácsony, planea crear alojamientos económicos para universitarios, así como espacios culturales y de ocio.

«Por la ciudad universitaria y contra el Fidesz» (el partido de Orbán) fue el lema de la protesta de hoy convocada por activistas y políticos de izquierdas, que para cumplir con las restricciones convocó una docena de manifestaciones a lo largo de la avenida Andrássy en el centro de budapest y con el aforo máximo de 500 personas cada una.

«Hemos llegado al punto en el que el Fidesz vende la vivienda y el futuro de los universitarios húngaros para traer al país la universidad de élite de la dictadura china», aseguran los convocantes Gergely Karácsony y András Jámbor, ambos políticos de izquierda.

El ayuntamiento del distrito 9, donde se encuentra la zona disputada, lanzó el viernes una consulta popular en la que los vecinos de Budapest podrán expresar si apoyan el proyecto de Fudan.

El Ayuntamiento ha decidido renombrar cinco calles en esta misma zona con nombres como «Mártires uigures», «Dalai Lama» o «Hongkong libre», lo que supone una afrenta al Gobierno chino.

La universidad se construiría con un préstamo de Pekín y las obras se realizarían en gran parte por empresas y mano de obra china.

Según una reciente encuesta, un 66 % de los húngaros rechaza este proyecto, mientras que el 27 % lo apoya.

El ejecutivo de Orbán ha tenido varios roces con la Unión Europea (UE) en los últimos años, por su deriva autoritaria pero también por su política de «apertura hacia el Este», o sea hacia China y Rusia.